viernes, 29 de mayo de 2009

MOONSPELL - Night Eternal (2008)


MOONSPELL es una banda de metal proveniente de Portugal. En sus inicios, la música de la agrupación estuvo enmarcada en el black metal con fuertes elementos góticos e incluso progresivos. A lo largo de su carrera, MOONSPELL ha transitado por estos territorios con variada intensidad, por momentos más black, (el debut, Wolfheart), en ocasiones con mayor énfasis en lo gótico (The Antidote), pero que parece haber alcanzado un balance con su última producción, Night Eternal.

En el presente álbum, MOONSPELL regresa parcialmente a un black metal más light o comercialmente viable en canciones como “At Tragic heights”, donde la voz y el riff en cierta medida se aproximan al pasado de la banda. La producción, sin embargo, jamás ni por un instante permite al oyente confundir a esta música con la típica del género más oscuro del metal. El sonido del disco es cristalino, con altos valores de producción, con abundancia de detalles y añadiduras creadas en el estudio.

Pero la cuota gótica de Night Eternal es probablemente más fuerte que los elementos extremos. La música oscura y por momentos sensual de canciones como “Dreamless (Lucifer and Lilith)” – la mejor del disco – nos recuerdan a bandas como TIAMAT, con mayor energía kinetica, pero tal vez sin la misma capacidad seductora.

El álbum no pasa, lamentablemente, de ser un ejercicio sobre una idea explotada a saciedad. MOONSPELL da un paso adelante respecto al disco anterior a este, pero no llega a completar una obra memorable y original, dejándose llevar por convencionalismos exigidos quizá por la ambición de llegar a más gente en todo el mundo (en Portugal la banda es bastante popular.)

7/10

PINK FLOYD - A Saucerful of Secrets (1968)


A Saucerful of Secrets es el segundo disco de PINK FLOYD, una de las bandas de rock más importantes que han existido jamás, y en sus mejores momentos, una de mis favoritas. El presente álbum no se encuentra entre mis preferidos, pero representa un gran avance sobre su predecesor.

The Piper At The Gates At Dawn, primer trabajo del grupo, parecía más un proyecto solitario de su principal mentalizador, Syd Barrett, que un trabajo de equipo. Los elementos sicodélicos y bizarros abundan en dicho disco, al cual nunca pude aproximarme ni emocional ni intelectualmente. Para algunos, se puede sentir en él la presencia de un genio; para otros, entre quienes me cuento, la genialidad de Barrett estuvo siempre muy confundida con la incoherencia, y por momentos creo que ha sido sobrevalorada.

Su adicción a sustancias y sus problemas mentales lo hicieron separarse cada vez más de PINK FLOYD. Para reemplazarlo, la banda contrato los servicios del ahora legendario David Gilmour, cuya guitarra ensoñadora y atmosférica es uno de los elementos más esenciales del sonido del grupo. Tal cambio de piezas no pudo caerle mejor a PINK FLOYD: el elemento inestable, cuyas ideas musicales de vanguardia chocaban con su poca habilidad y coherencia para realmente aplicarlas, dejo su lugar a una mente clara y dispuesta a colaborar para un proyecto conjunto, no individual. Si bien PINK FLOYD llego después a convertirse en una dictadura de Roger Waters, hasta antes de Wish You Were Here el grupo funciono muy democráticamente.

Y esa democracia se nota aquí en A Saucerful of Secrets. Rick Wright compone dos de las canciones del disco (no las mejores, debo apuntar), Waters escribe tres de ellas, el grupo en conjunto escribe la canción titular, y Barrett, ya de salida, aporta con un numero. Es de destacar que dicha canción, “Jugband Blues”, es, de largo, la más débil e intrascendente del álbum, y en ella se siente la total desconexión que su creador tenia con la banda.

El resto del disco es bastante irregular, enmarcado entre la sicodelia y un incipiente rock progresivo. Canciones como “Corporal Clegg” o “Let there be more light” son sicodelia light, mientras la canción titular, “A saucerful of secrets”, es lo que podríamos llamar sicodelia hard, un autentico mar de ruidos y efectos sin ninguna estructura ni conexión temática, donde las guitarras y teclados solo transportan la mente a lugares distantes sin dar razón de cómo ni por qué. Esta “canción” bordea la brillantez y a su vez el desastre. Al calificarla me ubico en la mitad de ambos, tendiendo más a lo segundo.

El punto más alto del álbum es “Set the Controls for the heart of the sun”, canción oscura, atmosférica, tenebrosa, con aire a fúnebre danza de brujos elevados con estupefaciente y sustancias alucinogenas, con la batería mas percusiva que rítmica, una pequeña joya. Waters demostraba aquí que él estaba más capacitado que Barrett para componer canciones aun en su propio terreno, la pura sicodelia.

Considero que A Saucerful of Secrets es un paso importante en la evolución de PINK FLOYD. Habrían de venir trabajos mucho mejores, pero ya aquí hay destellos del brillo que llegaría más adelante.

7/10

lunes, 25 de mayo de 2009

DEVIL'S SLINGSHOT - Clinophobia (2007)


Parafraseando a un amigo, este álbum va a caballo entre la relevancia y el prog de elevador.

Se conoce como “música de elevador” (o muzak para algunos) a aquella música irrelevante, sin ideas nuevas, usualmente tocada sin energía y sin riesgos, grabada generalmente para ser reproducida a la hora de la cena, en lugares públicos donde los gustos particulares deben ser relegados en beneficio del bienestar auditivo general, o en elevadores. Música de fondo, de background. Típicamente, covers “light” de canciones de cualquier género o incluso de piezas de música clásica, reducidas a su mínima esencia y reconvertidas en inocuas, inofensivas tonadillas que a nadie podrían ofender, excepto tal vez a quien se pueda quedar atrapado en un ascensor dañado durante mas de… 5 minutos.
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Me atrevo a definir el significado de música de elevador porque me encuentro en la presencia de un fenómeno singular que únicamente lo había vivido antes con un larga-duración de la banda ASIA: un disco de rock/metal progresivo que perfectamente podría ser utilizado por alguna cadena de centros comerciales en los elevadores en sus edificios. Plano, sin ideas, genérico; inofensivo, eso sí; ningún cliente podrá quejarse de lo “complicado” o “pretensioso” que pueda sonar la música, menos aún podrán prudentes familias reclamar la “inmoralidad” o “salvajismo” de la hereje música. Aquí, hasta el más radical enemigo del prog-rock soportará la ascensión al piso de su preferencia si Clinophobia es la música de fondo.

El proyecto me recuerda a BOZZIO, LEVIN, STEVENS, otro “supergrupo” que lanzo al mercado dos álbumes de rock/metal instrumental. Sin embargo, mientras dicha agrupación consiguió deslumbrar mediante la original música creada en conjunto y mediante la increíble habilidad de sus protagonistas, en DEVIL'S SLINGSHOT tenemos tres legendarios músicos que parecería decidieron grabar este disco en algún feriado cuando se encontraban de vacaciones. Tony Macalpine, guitarrista de estudio que ha lanzado más de 10 álbumes en solitario, nos deja perplejos por lo mundano de sus riffs y el poco brillo de sus solos, pero sobre todo, por la carencia de ideas originales. Billy Sheehan, legendario bajista que ha tocado con todos y de todo, se relega al background de esta background music e incluso cede el único momento de realce para su instrumento en todo el disco a otro músico: Bunny Brudel, quien toca un excelente solo en “Hourglass”. Virgil Donati, célebre pulpo en la batería nos aburre con su poca energía, su falta de entrega, y si bien tiene ideas interesantes por momentos (el intro de “Flamed”), nunca las desarrolla por completo.

Los tres instrumentalistas son músicos de estudio ante todo. Es posible que la falta de creatividad de sus composiciones sea lógica consecuencia de carreras más enfocadas hacia lo perfecto que hacia lo original. Tal vez no sea así, y Clinophobia sea solamente resultado del azar. De todas formas, este hibrido de rock/metal progresivo instrumental con ligeros toques de jazz es completamente intrascendente. No llega a ser un desastre debido a la maestría con la que Sheehan, Macalpine y Donati dominan sus instrumentos. Es, eso sí, un trabajo decepcionante.

Pero sería perfecto para un hipotético hotel vacacional para fanáticos del prog rock. Sería la música adecuada para los elevadores.

5/10

viernes, 22 de mayo de 2009

INTO ETERNITY - The Incurable Tragedy (2008)


INTO ETERNITY es una banda de metal procedente de Canada que ha recorrido un camino muy cercano tanto al death metal como al metal progresivo. En los primeros discos, la influencia de DREAM THEATER y otras bandas era más evidente que en los más recientes, más apegados al lado death del metal. El álbum que precedió a éste, The Scattering of Ashes, fue un bastante aceptable trabajo donde se escuchaban influencias de bandas como PAIN OF SALVATION y SYMPHONY X enmarcadas en un estilo decididamente violento, extremo. Los elementos progresivos eran notables.

Esto ha cambiado en la más reciente producción de la banda, The Incurable Tragedy, donde la música se aleja del metal progresivo y se acerca más al death metal melódico típico de bandas provenientes de Suecia y Escandinavia en general. Las influencias mencionadas en el párrafo anterior tienden a desaparecer mientras se siente más la presencia en las canciones del fantasma de SCAR SYMMETRY, IN FLAMES o SOILWORK.

La banda se distancia también de algunos elementos del death más extremo: las guturales, muy graves voces de trabajos anteriores ceden su lugar a un growling más agudo, menos impactante debemos agregar. Los riffs se siguen sucediendo frenéticamente pero sin la coherencia del álbum anterior, donde todo parecía correspondía a su lugar; aquí, por momentos se escucha desorden y caos. Los riffs extremos de The Scattering of Ashes ceden su lugar a pasajes donde incluso se confunde la música con power metal. En cuanto a elementos progresivos, la banda erróneamente pone énfasis en la rapidez y en la saturación de adornos instrumentales y remates de batería. Este último instrumento es uno de los principales culpables de la caída de INTO ETERNITY. El baterista exagera el uso del doble bombo y remates rapidísimos y satura la música sin razón.

Los coros son bastante melódicos y agradables, pero los versos en su mayoría dejan que desear al desperdiciar interesantes riffs en el maremoto ruidoso de la batería y florilegios innecesarios de guitarra. Hay momentos de alta calidad (la totalmente acústica canción “The Incurable Tragedy I" es la mejor del disco) pero no son tan frecuentes. En general, la calidad de la música ha sufrido una caída desde el álbum anterior. Es de esperar que INTO ETERNITY se recupere y continúe siendo una interesante alternativa en el metal progresivo canadiense.

6/10

DARKTHRONE - Under a Funeral Moon (1993)


Under a Funeral Moon, tercer álbum de la banda noruega DARKTHRONE, fue el primer trabajo en el que el estilo musical abandono casi totalmente el death metal de los dos primeros discos y se metió de lleno en lo que sería la especialidad del grupo: black metal, en su estilo más puro y efectivo (al menos a lo largo de tres producciones.)


DARKTHRONE ya había dado pasos alejándose del death metal en su segundo álbum, A Blaze in The Northern Sky, donde se habían adoptado algunas de las características del genero, siguiendo la influencia de MAYHEM: los nombres reales de los miembros de la banda fueron reemplazados por pseudónimos (Nocturno Oculto, Fenriz, Zephyrous), la portada del disco abandono cualquier tipo de color, centrándose solo en el negro, los músicos adoptaron el corpse-paint (la cara pintada de blanco con detalles negros), pero sobre todo, se comenzaron a abandonar las guitarras afinadas en tonalidad más grave, los riffs empezaron a acercarse mas al punk que al death, las voces se tornaron agudas, y la producción del disco fue deliberadamente empobrecida. El álbum se convirtió en uno de los más importantes para el surgimiento de la segunda ola de black metal, y DARKTHRONE, junto a EMPEROR e IMMORTAL, comenzaron a sentar las bases de un movimiento que hasta ahora es muy popular en el underground musical de Escandinavia.


En mi opinión, sin embargo, es en el tercer disco, Under a Funeral Moon, donde DARKTHRONE empieza no solo a parecer sino a sonar como una banda de black metal. Los tremolo-riffs, riffs consistentes en el velocísimo rasgado de una sola cuerda, de interés más melódico que rítmico, hacen su aparecimiento aquí, principalmente en la mejor canción del disco, la que lo abre, “Nastassja in Eternal Sleep”. Es esta la característica que mas define a una banda como black metal en mis ojos, es lo que puede separarla de los grupos más enfocados en los riffs rítmicos, de compas irregular del death metal, y es lo que le da la principal magia a este oscuro genero. Cuando se unen tremolo-riffs en guitarras afinadas tradicionalmente (o incluso a veces mas agudamente de lo normal) a baterías tocando blast-beats (golpes de redoblante y bombo alternados rápidamente), se logra conseguir un curioso efecto por el cual la velocidad de la música deja de ser evidente y pasa a ser aparente: se consigue una suerte de stasis, animación suspendida en el tiempo, constante y muy atmosférica gracias a la melodía. Si a estos factores se añaden voces salidas del infierno y grabaciones en las que es imposible distinguir casi nada, se consigue música que irónicamente es bella en su fealdad, ensoñadora y mágica en su oscuridad y rusticidad.


El disco es irregular. Por momentos se escucha una banda aun insegura acerca de qué dirección tomar, si bien es cada vez más evidente que el death metal está bien muerto. Aun subsisten muchos pasajes de clara inspiración death. DARKTHRONE lograría finalmente dar una lección de cómo crear un álbum de black metal en el legendario Transilvanian Hunger, disco donde la producción llegaría a impensados niveles de atrocidad, pero donde el black metal surgiría al fin como la bestia que es: crudo, melancólico, por momentos mágico. La banda grabaría otro gran disco (Panzerfaust) y finalmente se perdería entre el montón de grupos sin ningún interés que algún día hicieron historia. Pero es aquí, en Under a Funeral Moon, donde se pueden encontrar los orígenes del más típico sonido del black metal noruego. Un disco que no alcanza la perfección (ningún disco de black metal lo logra del todo, el caos es inherente al género), pero que merece ser escuchado por algunas canciones brillantes, y por su importancia en la formación del más oscuro de los estilos de metal.

8/10

lunes, 18 de mayo de 2009

BURZUM - Anthology (2008)


Los discos recopilatorios o "greatest hits" pueden tener, en mi opinión, solo dos objetivos legítimos: uno, dar una visión general de la obra de un artista a un aficionado que la desconozca y que quiera una especie de "resumen" de una discografía, o, dos, proveer a personas que no pretendan adquirir más de un disco de una agrupación de un buen conjunto de canciones que de cierta manera convierta a tal hipotética compra en algo redundante. Sin embargo, la realidad me dice que en muchísimos casos los "best of" no son más que intentos por las compañías disqueras de obtener más plata de fans ávidos de cualquier tipo de media que lleve el nombre de sus músicos favoritos. Solo así se explica que algunas bandas tengan más de cinco álbumes de "greatest hits", todos ellos casi con las mismas canciones.
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Pero existe una razón adicional que puede justificar la presencia de esta clase de colecciones, y es el caso de artistas cuya obra es difícil de conseguir en el mercado. En estas circunstancias, una compilación no puede sino ayudar a que su música sea mejor conocida y a evitar el riesgo de que se pierda en el limbo a donde lamentablemente se ven desterradas miles de canciones todos los días. El disco que aquí comento es un ejemplo de esto último.

BURZUM, más que una banda, es una idea, un concepto, de un artista único: el vilmente celebre (sobre todo en Noruega donde su nombre es sinónimo de maldad para la prensa interesada en el tema) Varg Vikernes, o Count Grishnack, para recordar el nombre que utilizo durante su breve colaboración con la banda MAYHEM. Vikernes adquirió fama no tanto por la música que creó para su proyecto, sino por sus actividades extra-musicales (ser acusado de incendiar decenas de iglesias -aunque nunca encontrado culpable-, ser sentenciado a prisión por el asesinato de su colega Oystein Aarseth - Euronymous - de MAYHEM, manifestar todo tipo de convicciones pan-germánicas, simpatizar con el nacionalsocialismo y con tendencias extremas.) De varias formas, Vikernes logro convertirse en el "poster child" del movimiento de black metal Noruego de los 90, y pasó a representar todo lo que estaba mal con la tendencia. Y mientras la opinión publica discutía sobre sus últimas declaraciones o lo usaba como personificación del mal, la excelente música que creó quedo relegada a un segundo plano.

Pero entre los amantes del black metal, BURZUM nunca ha pasado inadvertido, y en cierta forma se ha convertido en un grupo de culto, colocado al mismo nivel que los máximos representantes de la segunda ola, MAYHEM, DARKTHRONE, IMMORTAL, EMPEROR. La música de Vikernes (con una excepción, en todos los discos todos los instrumentos han sido tocados por él mismo) ha desafiado a los que han intentado describirla y encerrarla entre los rigidos esquemas del genero. Increíblemente repetitiva, profundamente oscura y melancólica, por momentos rondando mas las tierras de la música ambient que los territorios del metal, las canciones de BURZUM no son las más fáciles de digerir, pero si bien a algunos puede no gustarles la propuesta, a nadie le pasara inadvertida ni menos aun será descartada por falta de originalidad. En esencia, al menos durante los 4 primeros discos de la "banda", la música es black metal, con abundancia de blast beats, tremolo-riffs, voces agudísimas y guturales, estructuras irregulares, riffs de interés más melódico que rítmico, y grabaciones dignas de una banda de garage (en Filosofem, se dice que Vikernes llego al extremo de grabar la voz a través de audífonos (?!) para asegurarse de que sonase absolutamente cruda y cual salida de los infernos.) Sin embargo, muchos elementos presentes en las canciones acercaban la música mas a una suerte de avant garde que al género de metal más cercano a Satanás. La importancia de las texturas, el apego por armonías a veces disonantes, el uso de la repetición como elemento creador de un mood - lo que lo acercaba también a la música sicodélica y electrónica -, dieron a la música de BURZUM un carácter totalmente original. Las actuales tendencias avant garde del black metal (sobre todo en Francia y en Estados Unidos) deben mucho a los primeros trabajos de Vikernes. Su acercamiento a la música electrónica, inicialmente voluntario, se convirtió en forzoso cuando, ya en prisión, el músico tuvo que recurrir a un sintetizador para grabar sus dos últimos álbumes al serle negado el acceso a otros instrumentos.

Los 6 álbumes que Vikernes ha producido (tres en prisión, dos dentro de ella, uno creado afuera pero producido y lanzado al mercado ya dentro) son difíciles de conseguir y usualmente tienen un costo mayor al normal, razón perfecta para que se haya decidido editar esta compilación llamada, simplemente, Anthology. Afortunadamente, la selección de las canciones ha sido realizada con gran conocimiento y precisión. A lo largo del disco se da una mirada a todas las épocas de BURZUM, desde sus inicios más puramente black metal, pasando por las experimentaciones más ambient de Filosofem, hasta los últimos trabajos electrónicos. Sabiamente, se han incluido dos pistas de cada una de las dos obras que mas laureles han recibido de parte de la crítica, Det Som Engang Var y Filosofem, además de la excelente canción del mismo nombre del aclamado Hvis Lyset tar Oss, una canción del debut, y una del morbosamente celebre EP Aske (cuya portada es una foto de la iglesia de Fantoft, en Noruega, luego de que las llamas, supuestamente causadas por Vikernes, la dejaran en ruinas). Adicionalmente, se incluyen una canción de cada uno de los dos discos enteramente creados y producidos en un sintetizador en prisión, Daudi Badrs y Hiloskjalf. De esta manera se da un vistazo a todas las etapas recorridas por BURZUM, dando énfasis a los momentos cúspides de su capacidad creativa.
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La presente recopilación es un éxito, y la mejor prueba de aquello es el efecto que produce: la necesidad de conocer más, y con mayor profundidad, de la obra de Vikernes. Es el objetivo que, supongo, toda compilación debería alcanzar en los ojos de quienes la producen. Y en el caso de Anthology se cumple a total cabalidad.
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Me permito una última palabra: poco debe importar a quien guste de la música las opiniones y, en general, la persona real que está detrás de una obra. Porque al final lo que queremos al escuchar un disco no es encontrar un role model (al menos quienes ya tenemos edad para distinguir entre lo que debemos hacer y lo que no) ni pretendemos tampoco emparentarnos con el artista. Lo que deseamos es ser transportados a algún otro lugar, ser estúpidamente distraídos por un momento del mutismo y de los sonidos monótonos que nos rodean. Algun rato espero escribir al respecto, pero valga la ocasión para reafirmar que, por más descabelladas que me puedan parecer algunas de las posturas y actitudes de Vikernes, no puedo sino recomendar su música.
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Y que ardan las iglesias, después de todo...
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(sin rating - compilación)

viernes, 15 de mayo de 2009

SATYRICON - The Shadowthrone (1994)



Tras un bastante apreciable - si bien aun no brillante - debut, la legendaria banda de black metal Noruego SATYRICON volvio a la carga con su segundo trabajo, The Shadowthrone. En el mismo se comienzan a notar algunas de las tendencias que darían mayores frutos en la tercera producción de la agrupacion, su obra maestra, Nemesis Divina.

La más notable diferencia que existe entre este álbum y su predecesor, Dark Medieval Times, es la presencia de una bastante mejor producción, lo cual permite entender la música con mayor claridad y además ayuda a distinguir las buenas ideas que Satyr, líder de la banda, constantemente expone. Si bien es cierto que una producción demasiado moderna y prístina va en contra de los preceptos más puros del genuino black metal Noruego, cuando la musica, como es en el caso de SATYRICON, es más compleja de lo usual en el genero, las tradicionales producciones de ultratumba lamentablemente esconden detalles que pueden ensalzar aún más algunos trabajos.

Ese es el caso de este álbum, en el que las canciones tienden a ser más largas y en el que continuamente se escuchan coros, teclados e incluso pianos, todos adornando un proyecto más ambicioso que el de bandas contemporáneas como DARKTHRONE. Sin embargo, no todo es perfecto en la tierra de Satyr, Samoth y Frost. Riffs gloriosos como el que daría forma a "Mother North" en Nemesis Divina aun no existen, si bien se oyen destellos de genialidad, y algunas canciones se pierden en la intrascendencia cuando la música divaga más allá de lo necesario. El sonido del disco carece de esa magia presente en el debut y también en el tercer álbum por la cual nos vemos transportados a gélidos bosques y montanas llenas de niebla; aquí la escenografía es difusa, y curiosamente, es a la vez demasiado directa.

Un buen trabajo que merece audición pero siempre después de haber visitado las verdaderamente esenciales contribuciones de SATYRICON al genero, tanto el disco que antecede a éste, como el que lo sucede.

7/10

jueves, 14 de mayo de 2009

Del significado de "sandez"...

El Diccionario de la Lengua Española define a una sandez como:

sandez
f. Necedad,simpleza.
Despropósito,hecho o dicho necio:
deja de decir sandeces y ponte a trabajar.

Podemos obtener aun mas claridad respecto al termino empleado acogiendo esta definición (Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.):

Aluden a cualquier acto o intervención que pone de manifiesto la ignorancia de una persona: no paró de decir sandeces en toda la noche. Despropósito se utiliza cuando dicho acto o dicha intervención están fuera de lugar.

Tras esta aclaración, es pertinente para mi el justificar el uso de tal palabra como titulo y denominador del presente blog.

En primer lugar, es una feliz coincidencia en que tanto música como sandez sean sustantivos femeninos. La belleza incomparable del arte de los sonidos organizados no podría tener referente lingüístico masculino, seria un contrasentido. Y al llamarla "sandez", no estamos cometiendo el error de aplicarle un erróneo genero.

Fuera de esta breve e innecesaria aclaración (una sandez mas después de todo; de éstas habrán de sobra por estos lares), pasemos a la definición en del termino. "Necedad, simpleza". Es la música algo necio, simple? Pues , y no. La música no es mas que organizacion de sonidos en el tiempo, una mas de tantas manifestaciones cuyo fin no es otro sino distraer a la gente de cosas más importantes. No es algo que vaya a definir situaciones, resolver conflictos, acabar guerras o alimentar a los hambrientos. En el mejor de los casos, hará bailar a los que parezcan postes (e incluso esto a veces es totalmente contraproducente, baste entrar a cualquier club o discoteca y apreciar la generosa cantidad de personajes que engañados creen bailar cuando sus movimientos asemejan mas a especies primatescas), pero milagros dignos de parábola nunca provocara. En general, la música es inútil. En el gran esquema de cosas, ocupa un lugar extremadamente irrelevante. Y , además, es simple. Por más complejas creaciones que algunos compositores hayan pretendido crear, hasta el mas trasnochado de nosotros puede silbar o tararear la melodía principal de una obra con menos entrenamiento del necesario para aprender a amarrarse los cordones de los zapatos. Avant-garde, Jazz, dodecafonica, cualquier nombre que le pongan, hasta alguien privado de voz la puede repetir con meros sonidos pulmonares...

Es, en otra palabra, un despropósito. Quién habría de perder el tiempo en algo que no va a resolver absolutamente nada? No habría sido mas útil que gente como Mendelsohn se dedicase a la banca? Que Jim Morrison creara su propia marca de whisky? Acaso no seria mejor el mundo si El General se hubiese dedicado a la rama militar, a resolver conflictos y crear paz, en lugar de simplemente vestirse como tal?

Pero como decía antes, hay algún resquicio en nuestra mente que hace a la música algo totalmente opuesto a una sandez. Esa misma facultad que hace que el mas desafortunado de los humanos pueda tararear una melodía indica que la música esta intima, subconcientemente ligada a nuestra especie, desde el inicio hasta el fin de los tiempos. No somos humanos si no podemos alegrarnos, deprimirnos, enfurecernos, o calmarnos al escuchar una sucesión de sonidos organizados. La misma energía que hace al autómata creerse bailarín y ponerse a danzar es la que mueve al hombre a buscar a la mujer y a la mujer al hombre. Esta grabada ahí detrás de la conciencia, profundamente escondida en las cavernas del cerebro.

Es, pues, un instinto primario. Algunos la han elevado al nivel de ciencia. Otros han hecho lo posible por convertirla en una manifestación sub-humana. Pero nadie puede decir que la ignora por completo. Porque no se puede. Aquel arrogante carácter que anda regando a los cuatro vientos su versión de que a "el no le gusta la música"... pues la habrá callado tal vez, pero incluso a él le habrá sido mas fácil dormirse, en su cuna, bajo el canto de su madre. Y si dicho personaje careció de tal milagro, no es entonces que el no sienta la música. Es que la rechaza porque se la negaron. Y él la necesitaba.

Necesitamos música. Para el fin que sea. De la calidad o forma que sea.

Hemos logrado convertir a un elemento tan intrínseco e instintivo del ser humano en una manifestación complicada, llena de facciones, donde hay gentes que proclaman su superioridad sobre otras solo en base a que música escuchan...

... existe un despropósito mas grande? Puede ser esto algo mas que una vil sandez?


miércoles, 13 de mayo de 2009

EMPEROR - Prometheus - The Discipline of Fire & Demise (2001)


Una de las bandas mas importantes de black metal estilo noruego, EMPEROR, es a la vez una de las mas impenetrables. La musica de esta legendaria agrupacion exagera los elementos mas tipicos del genero mas extremo del metal hasta un punto donde la comprension se complica y la concentracion se extingue. Albumes como In The Nightside Eclipse, con sus canciones de irregulares estructuras, con la excesivamente atroz grabacion (empeorada por el eco presente en el lugar donde grabaron el disco, el Grieghallen en memoria del compositor Edvard Grieg, en Oslo) y con sus ininteligibles letras, son interesantes por momentos pero requieren mucho trabajo para llegar a convertirse en favoritos.

Prometheus - The Discipline of Fire & Demise es distinto. Y en algunos aspectos las diferencias trabajan a favor del álbum, pero también pueden ser contraproducentes.

Por un lado, la grabacion es clarisima, hecha con moderna tecnología, pero sobre todo con la intención de que suene como un disco grabado con moderna tecnología (no cabe duda de que los equipos de grabacion en los albumes anteriores también deben haber sido modernos... simplemente nadie deseaba que lo parecieran). Las canciones son mucho mas comprensibles debido a esto, y debido a que en general sus estructuras son ligeramente mas predecibles.

Pero en el proceso se pierde mucha de la magia propia del verdadero black metal noruego. Muy poco hay de los clásicos riffs en tremolo que caracterizan al genero, mientras que abundan secciones que recuerdan mas al power metal o incluso se acercan al metal progresivo (lo cual no es sorpresivo: después de todo, Ihsahn, líder de la banda, crearía en el futuro su propia versión de black metal progresivo.) Estos detalles no hacen al disco mas digerible, simplemente lo hacen mas vulgar. E incluso la lamentable producción de discos anteriores llega a hacerse extrañar: el black metal suena mas autentico, mas oscuro, mas infernal, cuando es difícil distinguir un instrumento de otro, cuando las guitarras se pierden en un continuo fuzz y martillean cual sierras eléctricas mientras las agudas y guturales voces parecen salidas de ultratumba.

Increíblemente, la prístina grabacion del álbum coopera para convertir a Prometheus - The Discipline of Fire & Demise en un disco mas de black metal, cual tantos otros que se pueden encontrar por ahí. A diferencia de los discos predecesores (sobre todo de los primeros, como el mencionado arriba) que si bien por momentos desafían al oyente, nunca pasan desapercibidos ni pueden ser vistos como genéricos.

6/10

GENESIS - Selling England by the Pound (1973)


Mi relación con esta obra maestra del rock es bastante curiosa.

Mi gusto por el llamado rock progresivo comenzó en realidad con un representante bastante reciente (y distinto) a los padres fundadores de los años 70. DREAM THEATER, primera banda cuya descripción requería de la palabra progresivo que jamás escuche, adquirió real éxito al menos 20 anos después de que YES, KING CRIMSON, GENTLE GIANT, EMERSON LAKE AND PALMER y GENESIS, entre otros, dieran luz a un movimiento que ilumino la música popular por casi una década. No solo eso: si bien la banda neoyorquina que mencione inicialmente es heredera de algunas prácticas de los gigantes de los 70, su estilo es radicalmente diferente, más cercano al heavy metal y al thrash de IRON MAIDEN y METALLICA que a los experimentos sinfónicos complejos de los grandes del prog-rock. Cuando decidí iniciar la exploración de los “clásicos”, no estaba del todo preparado para lo que iba a encontrar: rock más relacionado con las formas de la llamada música clásica que con los florilegios instrumentales y los riffs impredecibles del metal.

Investigue cuales debían ser los álbumes que tenían que entrar primero a mi colección y llegue a la conclusión que Fragile de YES y el álbum que comento en esta reseña eran las más apropiadas introducciones al prog-rock de los 70. No quería entrar de lleno en la complicación simbólica de Close to the Edge ni en la incoherencia (genialidad?) temática de The Lamb Lies Down on Broadway. Así que adquirí los dos discos y los escuche. El de YES me pareció interesante, si bien exagerado. Pero Selling England by the Pound se me hizo, en una palabra, insufrible.

Mi principal problema era la poco-melódica, sobre-actuada voz de Peter Gabriel, que a mi aun-no-entrenado oído llegaba cual monótona declamación de algún actor de teatro desempleado y dedicado a grabar discos. Mi segundo punto de rechazo fue la claramente atroz producción del disco. Para alguien malacostumbrado, malcriado en las prístinas grabaciones de los 90, el sonido cartonesco de la batería y la poca claridad del bajo, por ejemplo, no resultaban agradables. Encima de todo, no lograba extraer ninguna coherencia temática de las canciones: no habían coros, no habían versos, todo era un total revoltijo. Tanto fue así que decidí dejar a GENESIS tranquilo por un rato.

Meses después se me ocurrió darle una nueva oportunidad al disco. Opte por dar un paso a la vez: oír una canción, entenderla, oír otra, comprenderla. Antes de esto ya me había hecho de a buenas con Peter Gabriel gracias a algunos trabajos en solitario suyos que había escuchado.

No fue necesario tanto problema. Cuando Selling England by the Pound logro venderse a sí mismo a mi persona, no lo hizo por meras libras. Aplasto a todo lo demás y se me ilumino como lo que era: una genial obra de la más grande banda de rock progresivo que ha existido jamás.

Fue la canción número tres, “Firth of Fifth”, la que por fin me hizo salir de mi desengaño con la banda y me hizo entender el porqué de su fama en los círculos de prog-rock. La sublime introducción de piano de Tony Banks, complicada pero soberbiamente melódica y grandilocuente, en un bosquejo presenta todo el marco de lo que se desarrollara a continuación. Cuando la voz de Gabriel hace su entrada, lo hace cual para agravio del piano, que se queda mudo ante la lenta e inteligente avalancha instrumental/vocal. Gabriel hace lo que quiere con su voz, dramática y teatral, perfecta para música que pretende y busca otra cosa. El tema se repite y el piano retorna, esta vez con dudas. Parece volver al tema inicial, pero en su lugar cede el paso a un finísimo solo de flauta del arlequín cantante, melodía de una calidad rara vez vista en el rock. La sección instrumental que aquí arranca es uno de los puntos mas altos que el rock ha alcanzado, con la magia de Banks y Rutherford solo superada por el apoteósico lamento de Steve Hackett, quien repite la melodía del flautista sobre un bajo ambiguo y engañoso, la repite de forma desgarradora, hace llorar a la guitarra antes de que vuelva la paz relativa, de que vuelva Gabriel y su voz a poner la nota concordante y a dar resolución al drama. Rock sinfónico de verdad, tratamiento temático superior, esta canción es posiblemente lo más alto que en mi opinión el rock ha llegado en su ascensión a la excelencia artística.

Tras mi enamoramiento con “Firth of Fifth”, vino un periodo de descubrimiento. “More Fool Me”, (cantada por Phil Collins), una canción simple, irrelevante, daba lugar a la épica “The Battle of Epping Forest”, difícil, a ratos impenetrable como el bosque de la cual canta; “After the Ordeal”, sin pretensiones, una vez más servía de telonera para “The Cinema Show”, cumulo de imágenes y temas que requieren audiciones repetidas para familiarizarse con ellos. El álbum se cierra con “Aisle of Plenty”, insulso juego de Gabriel que da conclusión a un disco soberbio de la manera menos soberbia posible. Este equilibrio fuerte-debil empleado en el álbum es total: cuando me enfrente a las dos primeras canciones lo encontré también. “I Know what I like (in your wardrobe)” es una piecilla simple pero encantadora, lo más cercano al GENESIS pop que se puede encontrar en toda la discografía de la banda con Peter Gabriel. Pero esta, a su vez, había sido precedida por la otra obra maestra del disco, la excelsa “Dancing with The Moonlit Knight”, una demostración superior del manejo sinfónico de temas en música rock, pletórica de melodías no solo bellísimas pero también elaboradas, como la medieval, elegante, cortes, natural tonada que abre el disco y se repite a lo largo de la canción e incluso algún momento hacia el final del álbum.

El arte de GENESIS alcanzo, en mi opinión, cotas aun más altas de excelencia en el álbum predecesor a este (Foxtrot) y en el primer larga-duración que grabaron sin Peter Gabriel y con Phil Collins al mando del micrófono (A Trick of the Tail). Pero la suprema magia musical que los cinco ingleses consiguieron en “Firth of Fifth” y “Dancing with the Moonlit Knight” quedará por siempre como el momento cumbre de mi inicialmente-problemática pero actualmente-platónica relación con la banda, una de mis dos agrupaciones favoritas, junto a DREAM THEATER, en todo el espectro musical.

Este álbum merece ser descubierto. No escuchado! No oído! No siquiera analizado… Merece ser descubierto.
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10/10